¿Era más fácil mantenerse delgado en los 80?

Por llamativo que parezca, esto es lo que concluye un estudio publicado en la revista "Obesity Research and Clinical Practise". Y es llamativo, e incluso sorprendente, porque esta afirmación se mantiene asumiendo que una persona promedio de hoy y una persona promedio de hace 30 años sometidas a esa comparativa están haciendo el mismo nivel de ejercicio físico y mismo nivel de consumo alimentario. Examinemos un poco mejor el estudio.

Los autores analizaron datos dietéticos de 36.400 norteamericanos entre 1971 y 2008 y la actividad física de 14.419 personas entre 1988 y 2006. Después, agruparon a las personas por nivel de consumo alimentario, actividad física, edad e índice de masa corporal. 

Y aquí vino lo llamativo: una persona cualquiera en 2006 consumiendo las mismas calorías totales y misma cantidad total de carbohidratos, proteínas y grasas, haciendo la misma actividad física también que otra persona cualquiera en 1988 tendría 2,3 puntos más de índice de masa corporal. Dicho de otro modo, las personas hoy son sobre un 10% más gordas que en los 80 aun siguiendo la misma dieta y plan de ejercicio. 

Las implicaciones de esto son claras. Para mantenerte tan delgado como tus padres hace 30 años tienes que ser más estricto aún en tu dieta y actividad física. 

Y la pregunta clara que todos debemos hacernos es ¿qué otros factores ajenos a la dieta y el ejercicio son los responsables de esto? Dicho de otros modo, ¿qué factores más presentes hoy que antaño nos hacen más propensos a engordar? Aquí entramos en el mundo de las hipótesis, y las que podemos plantear son unas cuentas. 

- Exposición a compuestos químicos (aquí podríamos incluir ciertos edulcorantes), pesticidas, retardantes de llamas etc que alteran nuestro entorno hormonal

- El uso aumentado de ciertos fármacos como antidepresivos, claramente vinculados a aumento de peso

- Los autores del estudio apuntaron por ejemplo al distinto microbioma o bacterias gástricas de una persona de hoy comparada con otra de antaño, lo cual está mediado lógicamente por factores expuestos como compuestos quimicos y otros presentes en los alimentos hoy o también la mayor pobreza de los alimentos hoy en bacterias beneficiosas o compuestos que las alimentan (y su contrario, mayor presencia de estimulantes de bacterias no beneficiosas)

En el fondo, muchas de estas causas explicativas siguen estando dentro de la alimentación, pero no las podemos tan fácilmente controlar como las calorías o los carbohidratos y azúcares. Pero nada de esto es excusa para perder el control sobre nuestra salud y nuestros cuerpos, sino otro motivo para (sin obsesionarnos en tanto no podemos vivir en un mundo perfecto) afirmar nuestra capacidad para tomar elecciones sensatas.