Ayuno Intermitente: Fundamentos Históricos (I)

El ayuno intermitente ha acabado siendo en los últimos tiempos uno de los enfoques nutricionales más populares no sólo para controlar el peso sino para mejorar la salud y ralentizar el envejecimiento. 

En el fondo, cuando hablamos de ayuno intermitente no estamos hablando de algo novedoso. Muy al contrario, el ayuno intermitente no deja de ser un enfoque evolucionista. Comer tres veces al día desde la mañana a la noche, por no decir tres veces al día con snacks entre las comedias, es algo bastante nuevo y moderno para el ser humano. Por un lado, las épocas de escasez, guerra, epidemias...etc jugaron un papel en la restricción de alimentos, pero también estacionalmente las frutas y vegetales abundantes en verano eran escasas en invierno.

En tanto fue desarrollándose la agricultura las épocas de escasez tendieron a atenuarse, pero sin embargo civilizaciones antiguas como los griegos reconocieron que había algo beneficioso en los períodos de ayuno. Tanto es asi que cuando no se producían épocas donde el ayuno era forzoso se practicaban ayunos voluntarios. Eran denominados tiempos de limpieza, detoxificación o purificación. Y es que el ayuno es una de las tradiciones de curación más extendidas en civilizaciones y culturas antiguas.

Ayunar se ha practicado con propósitos espirituales en casi todas las religiones del mundo. Los tres hombres más importantes en la historia de las religiones, Jesucristo, Mahoma y Buda compartieron la creencia en el poder curativo del ayuno. En términos espirituales era una etapa de purificación. 

En la historia de Adán y Eva, el único acto que les estaba prohibido era comer la fruta del árbol. Ayunar era considerado un acto de mantenerse fuera de la tentación y mirar hacia Dios. En la Biblia, podemos encontrar en Mateo 4:2:

"Entonces Jesús fue dirigido por el Espíritu hacia la selva para ser tentado por el mal. Tras ayunar durante 40 días y 40 noches, estaba hambriento"

En la tradición cristiana, ayunar y orar son métodos de renovación del alma. Simbólicamente las personas creyentes vacían sus almas para estar listos para recibir a su Dios. Pero más allá e incluso antes que estas grandes religiones extendieran los ayunos, eran un modo de vida. Cuando el ganado era escaso, las estaciones cambiaban, las cosechas eran limitadas.. comer todo el tiempo no era lo habitual.

Volviendo a las tradiciones religiosas, los cristianos ortodoxos suelen ayunar más de 100 días del año. Recordemos que el investigador Ancel Keys que denostó erróneamente la grasa, sí tuvo al menos el acierto de exonerar como bueno al aceite de oliva. ¿Por qué? Porque halló que los habitantes de Creta eran muy saludables consumiendo muy altas cantidades de aceite de oliva. Pero Keys pasó por alto que los ciudadanos de Creta siguen la tradición ortodoxa de los ayunos, lo cual podría haber contribuido a la longevidad saludable de esta población.

Los monjes budistas se sabe que ayunan tras el mediodía hasta la mañana siguiente. También practican ayunos de sólo agua durante días. El hinduismo también abraza los ayunos como un método de auto-control y guiar la mente hacia la paz. Ciertos días de la semana se dedican al ayuno en el hinduismo, así como ciertos días del mes. La medicina ayurvédica también alude como causa de muchas enfermedades la acumulación de toxinas en el cuerpo y prescribe el ayuno para eliminarlas. 

Los musulmanes ayunan desde el amanecer hasta el anochecer durante el Ramadán y Mahoma recomendaba ayudar los lunes y martes.

Uno de los primeros defensores del ayuno fue Hipócrates, considerado el padre de la medicina. En su época empezó a aparecer la obesidad. Hipócrates recomendaba comer sólo una vez al día una dieta rica en grasas. El historiador griego Plutarco escribió que "en lugar de usar medicina, mejor ayuna hoy". Platón y Aristóteles también eran defensores de los ayunos. 

En realidad todos los animales instintivamente evitan la comida cuando están enfermos. Los griegos también creían que ayunar mejoraba las capacidades mentales y cognitivas y reconocían que podían resolver mejor sus problemas durante los ayunos. Y esto es fácil de entender. ¿Cómo te sientes tras la cena de Nochebuena? Realmente somnoliento, no precisamente lúcido. Sin embargo la última vez en la que estuviste muchas horas sin comer, es raro que te encontraras así sino realmente alerta. Y esto no es casualidad, es parte de la evolución. Cuando en tiempos paleolíticos no teníamos comida, necesitábamos todas nuestras habilidades mentales para encontrarla.

Otras grandes figuras históricas como el médico suizo Paracelso afirmaron que "ayunar es el mejor remedio - incluido el médico". Paracelso fue un gran observador de la naturaleza y sentó bases importantes de la medicina moderna en el siglo XVI. Fue pionero en los diagnósticos clínicos y la aplicación de tratamientos específicos. Benjamin Franklin, en el siglo XVIII, fue uno de los Padres Fundadores de EEUU y reconocido mundialmente por sus habilidades y conociientos como inventor, diplomático, escritor y científico y dejó escrito que "la mejor de todas las medicinas es descansar y ayunar"