Por qué interesarse por la quiropráctica

Seguro que muchos habéis oído la palabra quiropráctica y sabéis que tiene algo que ver con una terapia de salud, algo relacionado quizás con los músculos, los huesos, la columna vertebral… pero las ideas que tenemos no dejan de ser difusas. En realidad, son aún pocos en España los que realmente conocen la quiropráctica y ello a pesar de que en países como EEUU y Reino Unido es una carrera universitaria del ámbito sanitario como lo es Medicina u Odontología. 

Muchas veces, acabamos conociendo cosas por casualidad. En mi caso con la quiropráctica, así fue. Buscando en internet remedios para problemas relacionados con la gastritis (algo totalmente distinto), encontré lo que buscaba en una página de un terapeuta californiano. Sólo tras tiempo leyendo la información que inicialmente buscaba observé que aquel terapeuta era en realidad un quiropráctico, el Dr Ettinger. Y desde luego no podía sino llamarme la atención la afirmación de que la quiropráctica era tan relevante para la salud como el buen descanso, la dieta, los suplementos o la actividad física. 

Pero, ¿de qué trata exactamente la quiropráctica? La palabra quiropráctica proviene del griego y significa ‘hacer con las manos’. Su fundador, D.D. Palmer, hipotetizó en el siglo XIX que los malos alineamientos articulares –que llamó subluxaciones vertebrales, que se producen inevitablemente en el día a día- interfieren con la capacidad del organismo para repararse. Más específicamente se centra en ajustar las subluxaciones de la columna vertebral, en cuyo interior discurre el sistema nervioso que comunica nuestro cerebro con el resto de nuestro cuerpo. En resumidas cuentas, la quiropráctica busca mejorar la fluidez del sistema nervioso a través de corregir –por medio de ajustes- las subluxaciones especialmente de la columna vertebral. 

La quiropráctica ha demostrado efectividad no sólo en problemas como artritis reumatoide sino que también podría por ejemplo mejorar la salud cardiovascular. Un interesante estudio de 2012 halló que la manipulación de la espina dorsal típica de la quiropráctica es más efectiva en relación a su coste para el dolor de cuello y lumbares que otras terapias como masajes o acupuntura. Otro estudio estadounidense con cientos de pacientes durante varios años estableció que cuando el orientador de salud era un quiropráctico en lugar de un médico convencional se reducían un 60% los ingresos hospitalarios y un 62% las cirugías. 

Tras mis propias búsquedas, hace meses localicé un quiropráctico en Madrid que os recomiendo sin duda, Jean-Romain. De hecho llegué a él porque trataba a una amiga mía. Por mi experiencia, no has de esperar un resultado inmediato tras una primera sesión, pero a partir de la tercera al menos en mi caso sí observé mejor sueño y rendimiento general (pues mi objetivo era mejorar el bienestar general). Jean estudió la carrera de Quiropráctica en Francia y forma a futuros quiroprácticos. Si vivís por Madrid o alrededores, le podéis localizar en su página web Centro Quiropráctico Madrid o el teléfono de su centro si tenéis cualquier duda (910 23 62 65). Para los que tengáis interés en la quiropráctica y viváis en otras provincias o zonas, lo mejor siempre es localizar un quiropráctico en la Asociación Española de Quiropráctica. 

España se jacta de tener un gran sistema sanitario, sin embargo –como en tantos otros países- sigue presa de intereses especiales que todos ya conocemos. Y tienen miedo de que la gente pueda llegar a mejorar su salud al margen de la medicina oficial. Por ello, la quiropráctica merece ser conocida y reconocida.