Un nuevo 'milagro' del aceite de pescado: el caso que conmueve a Estados Unidos

Grant Virgin, con 16 años, poco después del accidente de tráfico.
No le dieron esperanzas de vida

Era septiembre de 2012 cundo la familia de Grant oyó un fuerte ruido fuera de su casa. Inmediatamente corrieron fuera, tanto más cuanto que su hijo había salido hacía no muchos segundos a la calle. Se encontraron lo peor: su hijo Grant había sido arrollado por un coche que circulaba a velocidad. Fue diagnosticado en el hospital con daño en la aorta, trauma cerebral, diversas fracturas óseas y de la médula espinal. Con 16 años, los médicos pensaban que Grant, con 16 años, no sobreviviría a esa noche.

Pero la madre de Grant, JJ, no aceptó aquella sentencia de los médicos. "¿Cómo no iba a luchar por la vida de mi hijo?". Desde ese momento la familia de Grant buscó cualquier posible ayuda aunque significara contravenir las órdenes de los médicos. 

Grant fue sometido a múltiples intervenciones quirúrgicas para estabilizar su cuerpo, pero permanecía en coma con severo daño cerebral. Fue entonces cuando un amigo de la familia sugirió intentar usar progesterona aplicada tópicamente, un tratamiento no convencional asociado con mejoras en la función cerebral. Así, los padres se Grant comenzaron a usar cremas de progesterona sobre el cuerpo de su hijo. No mucho después, su hijo empezó a pronunciar palabras. 

Portada Life Extension Magazine
agosto 2010 sobre beneficios
cerebrales del Omega 3

Esperanzados, decidieron ir aún más allá si era posible. Unos amigos les sugirieron probar con una terapia de aceite de pescado. La madre, JJ, quien es una mediática autora de libros de fitness en EEUU, contactó entonces con uno de los mayores expertos en aceite de pescado: el Dr Barry Sears. No en vano, tiempo atrás había inundado los medios americanos el caso del minero que sobrevivió a una explosión en la mina cuyo tratamiento con aceite de pescado le devolvió poco menos que a la vida bajo el seguimiento del Dr Sears. 

"Si alguien me decía que dándole aceite de pescado y ofreciéndole una mejor nutrición podría obtener un 5% de mejora al menos, había que intentarlo", afirmó JJ. 

Así pues, comenzaron una agresiva terapia con dosis altas de aceite de pescado, de hasta 20 gramos diarios. "Si tuvieras una pared de ladrillos dañada, ¿no usarías ladrillos para repararla?. Suplementando Omega 3 en dosis elevadas, aportas al cerebro la base para la reparación", afirma el Dr Michael Lewis, fundador del Brain Health Education and Research Institute. 

JJ Virgin, madre de Grant y gurú del Fitness en EEUU

Sólo dos días después de iniciar la terapia con aceite de pescado, JJ recibió una llamada que jamás habría esperado: la de su hijo.

Al día siguiente, JJ pensó que había sido un sueño. Su hijo no podía haberle llamado por teléfono. La familia fue deprisa por la mañana hasta el hospital y entonces comprobó emocionada algo para ellos casi insólito: su hijo no sólo hablaba, sino que podía fijar la mirada y reconocer a personas dos meses después de que los médicos hubieran dado por perdido el caso de su hijo. "Increíble, es increíble", afirmaba la madre.

Grant tiene aún mucho por recorrer en su recuperación y no se espera que llegue al grado de autonomía de antes del accidente pero está progresando cada día. "Una de las peores cosas que pueden decirte es que dejes a tu hijo morir y no tener la información adecuada para tomar una decisión correcta", dice JJ. 

La familia Virgin, basándose en la experiencia de Grant, cree que el Omega 3 es el gran responsable de la mejoría de su hijo y está segura de que puede hacer por otros lo que ha hecho por su hijo. 

Muchos creen que es un milagro. Pero el aceite de pescado simplemente es ciencia. Si no fijémonos en el caso del minero Randy McCloy del que hablé en su día. El aceite de pescado puede hacer mucho por nosotros. Y por algunos en situaciones críticas, puede llegar incluso a marcar la diferencia entre vivir consciente o quedar muerto en vida.

La madre de Grant se quejaba y queja de que hay informaciones fundamentales para nuestra salud que no están disponibles en las consultas médicas habituales. Y esto es, también, trágico.