El adoctrinamiento nutricional-gubernamental: los niños grasofóbicos

"Sistema Sanitario del Gobierno de EEUU
COMA UNA DIETA APROBADA POR EL GOBIERNO
Tal como requiere la ley
Todos los ciudadanos bajo dietas aleatorias serán auditados por el Deparmento de Salud
Denuncie a sus vecinos y trabajadores si no cooperan"

El de arriba podría parecer un cartel -libertarian style- un tanto satírico. Pero quizás no lo sea tanto. Si hace pocos días el Gobierno británico sorprendía a propios y extraños calificando oficialmente de 'malo' y 'evitable' el aceite de oliva por contener mucha grasa (bueno, ¡es que es realmente grasa claro!), estos días Psychology Today publicaba un artículo de la nutricionista Pam Schoenfeld que da cuenta de cómo el mensaje oficial-gubernamental basado en la grasofobia o lipofobia cala bien hondo, incluso entre los más pequeños.

En el fondo, ésta es la mejor estrategia para adoctrinar a pueblos enteros como bien saben los totalitarismos  y autoritarismos de toda laya de ayer y hoy: coopta al máximo posible la educación de los ciudadanos desde su más primigenia infancia para lavarles el cerebro e incardinarles a fuego tu mensaje.

Pam Schoenfeld denuncia justo esto y no otra cosa en dicho artículo del Psychology Today donde habla de una paciente llamada Samantha que dice evitar la yema de huevo y sólo consumir las claras y que desayuna por las mañanas cereales con leche bien desnatada. El problema principal no es éste, o no sólo éste, sino especialmente otro: Samantha tiene tan sólo 8 años. Esto es, es una niña de primaria que sólo hace 3 años dejó lo que antaño era pre-escolar. La propia nutricionista Pam es consciente de que su madre e incluso el pediatra de la niña aprueban ese mensaje de bajo en grasas, ¡hasta para un niño en plena edad de crecimiento físico y mental!

El evitar las yemas de huevo y elegir siempre leche desnatada es algo tan común entre mis pacientes que si Samantha tuviera sólo 5 o 10 años más, sus respuestas no me habrían sorprendido nada. Pero ella es realmente joven, ansiosa de hacer las cosas bien y sin embargo inconsciente totalmente de que lo que le han enseñado nutricionalmente no tiene base científica. Así, mientras la ayudaba para hacer mejores elecciones alimentarias, intenté darle mi mejor explicación para una niña de su edad sobre por qué las yemas de huevo es uno de los mejores alimentos que podía comer. Dejé el tema de la grasa de los lácteos para otra ocasión porque sospechaba que su madre y su pediatra no estarían muy de acuerdo conmigo en esto y deseaba asegurarme de que Samantha siguiera viniendo a verme.  

Llegué en su día a asumir que estos mensajes nutricionales eran tan prevalentes en adultos y en los medios que los jóvenes simplemente lo absorberían por ósmosis. Y en realidad ahora cada vez hay más niños que con sólo 3 años están siendo bombardeados con esta información nutricional.  

El último número de mi revista profesional llegó por mail hace una semana como de costumbre, y ojeé entre los resúmenes de las próximas conferencias anuales sobre dietética. Para mi sorpresa, una docena describía investigaciones en dietas infantiles, ocho de ellos reportando resultados de programas nutricionales para niños de primaria y pre-escolar.  

[...] En uno de esos estudios, se aclara que los alimentos que se consideran saludables para los niños a partir de 2 años son consistentes con los Dietary Guidelines de EEUU, que recomienda claramente proteína baja en grasa y lácteos desnatados.  

[...] En un reciente estudio con niños de 4 años que recibían lecciones estructuradas de nutrición en pre-escolar, los niños fueron capaces de responder que "los alimentos altos en grasa te hacen gordo" a los 5 meses de estar sometidos a esas clases. Esas lecciones son sólo de 15 minutos, y la información no estuvo contrastada durante ese período de 5 meses, por tanto la habilidad de los niños para retener esa información muestra su receptividad a mensajes nutricionales simples. Aunque no podemos saber si los niños actuaron luego de forma consistente con lo que aprendieron, podemos saber que ya a la edad de 4 años pueden retener reglas dietéticas sencillas.  

[...] Pero si la obesidad infantil es un problema y los programas nutricionales son efectivos en los niños, ¿por qué estoy preocupada? Una razón es porque ese mismo mensaje del bajo en colesterol y grasa saturada les mantiene alejados de alimentos que en realidad contienen nutrientes críticos para niños en crecimiento. Otra razón es porque si se hace de manera inadecuada, las lecciones nutricionales dirigidas a niños marcarán una relacción no saludable con los alimentos y su imagen corporal con efectos indeseables.