Probióticos, por qué importan

Hablar de la importancia de la alimentación no puede realmente hacerse sin preocuparse, en primer lugar, por la salud del aparato digestivo en tanto evidente vía de entrada nutricional. En el fondo, nuestra salud digestiva tiene una estrecha relación por ejemplo con nuestro sistema inmunitario. La microflora o microbiota  digestiva beneficiosa puede producir vitaminas K o B, sirve de defensa frente a patógenos, favorece una correcta digestión... Siendo importantes los probióticos, resultan realmente imprescindibles -a pesar de que por desgracia esto no se advierte con la prescripción médica- cuando tomamos antibióticos por razones obvias: hay que reponer la flora beneficiosa que destruyen dichos fármacos. También sirve para ayudar a cortar episodios de diarrea; no debería ahora resultar extraño que la diarrea sea común en quienes consumen antibióticos. Puede resultar curioso, incluso paradójico, pero los probióticos bien pueden definirse como antibióticos naturales (combaten las bacterias y patógenos), aquéllos que nos da la Madre Naturaleza.

Un estudio con estudiantes mostró que la suplementación de probióticos durante el resfriado reduce la severidad de los síntomas así como la duración de la misma. Y es que se sabe que los probióticos estimulan la producción de anticuerpos permitiendo, a diferencia del modo de actuar de una vacuna, que el cuerpo aumente de modo natural sus defensas. También las mujeres embarazadas se beneficiarían inmunitariamente del consumo de probióticos al menos durante el último trimestre de gestación, previniendo además un parto prematuro. El género femenino de nuevo obtiene beneficios por ejemplo en las infecciones urinarias cuando consume en particular la bacteria lactobacilii y el L. acidophilus ayuda en casos de vaginosis e infecciones por levaduras cuando es administrado como supositorio. 

¿Quieres leer cosas aún más llamativas? Hay científicos -en concreto John Cryan de la Universidad de Cork en Irlanda- que apuntan a supuestos efectos ansiolíticos de los probióticos, ya que creen que éstos pueden ayudar a que el estómago genere GABA, el neurotransmisor de la relajación. Hay, en cualquier caso, muchas otras razones para considerar un suplemento probiótico y de todos modos siempre incluirlos en nuestras dietas en forma de alimentos como kéfir: 

- Son importantes en casos de úlceras, colitis, síndrome de colon irritable o enfermedad de Crohn.

- La Dra Natasha Campbell-Mcbride descubrió un protocolo para curar el autismo de su hijo basado en la restauración de probióticos

- Uno de los perjuicios principales de las dietas modernas con alimentos procesados es que literalmente asolan la flora bacteriana beneficiosa y no la reponen

- Suficientes probióticos en nuestro sistema digestivo previenen daños del mismo por radiaciones como las de los escáneres

- Protege a los bebés de futuras alergias

- Pueden mejorar por sus propiedades antibacterianas la salud dental u oral

Dado que la enfermedad puede en cualquier momento acechar, no hay nunca que descuidar las defensas de nuestro cuerpo. En este sentido, los probióticos son parte del armamento natural de nuestro cuerpo y que debemos cuidar de no perder ni dejar de reponer. Desde la cuna a la tumba.