¿Lo último en dietas "bíblicas"?

En los últimos tiempos, una nueva dieta parece unirse al universo de estilos nutricionales que inundan libros, referencias periodísticas a propósito de qué hacen los famosos, e incluso de algunos estudios científicos. Y lo particular de esta dieta es que proviene de tiempos remotos, tanto como de aquéllos en que sucedieron los hechos bíblicos. En concreto, ésta se llama la Dieta de Daniel en referencia directa al Libro de Daniel, y su patrocinador principal no está precisamente alejado del mundo bíblico: se trata del pastor norteamericano Rick Warren de una enorme Iglesia en el Sur de California. ¿Dicen que la Iglesia debe modernizarse? Ser un pastor reconvertido en gurú de la dieta podría ser un caso. 

Como a nadie escapa, la inspiración proviene de los pasajes en que se describe la dieta de Daniel, aliñada y reempaquetada con la ayuda de médicos tan famosos en EEUU como Mark Hyman. En concreto esta dieta, que extrañamente se vende como un tipo de ayuno porque se prescinden de ciertos alimentos, excluye: 

- Las grasas trans

- Endulzantes artificiales

- Sirope de maíz alto en fructosa

Todo tipo de alcohol, cafeína, alimentos refinados, las carnes en general y los alimentos artificiales suponen las principales restricciones además de las mencionadas. Aún más curioso es que en esta dieta que parece una notable mejoría respecto a la dieta estándar se propone realizar durante 21 días así como el Ramadán dura para los musulmanes unos 30 días. Pero, si se supone que es una dieta correcta y equilibrada, ¿por qué hacer que dure el plan sólo 21 días?

A algunos les podrá parecer un esnobismo de última hora, pero ya hay incluso ensayos publicados en revistas científicas con sujetos bajo esta dieta. Según lo publicado, con esta dieta que parece tener cierta cercanía con el veganismo aunque a juzgar por la opinión de Hyman no necesariamente, sí mejoran marcadores como la presión sanguínea, estrés oxidativo o los niveles de glucosa en sangre. Sin embargo, los estudios han hallado un problema no desdeñable: reduce los niveles de colesterol HDL, lo que no es nada deseable (1, 2). 

¿Deberían considerar los seguidores de la Dieta Daniel adherirse a algunos alimentos un tanto heréticos, nunca mejor dicho, para ellos? Hablemos de los huevos, esos malvados que dicen que aumentan nuestro colesterol (éste es el momento en que vamos rápido al supermercado a comprar un yogurt para bajarlo). Un estudio publicado en 2009 analizó los resultados de dos grupos bajo restricción de carbohidratos, siendo la diferencia que uno consumía huevos enteros todos los días y el otro no. 

Los resultados de ambos grupos fueron cardiovascularmente satisfactorios, pero sólo por el hecho de consumir huevos enteros, el segundo grupo tuvo resultados aún superiores en diversos aspectos: 

- Tuvieron mayor proporción de colesterol LDL boyante y benigno

- Tuvieron mayores niveles de colesterol HDL

- Tuvieron niveles superiores en plasma de los carotenoides luteína y zeaxantina (pensemos en su importancia para los ojos)

Lo cual se me antoja sobre todo resultado de consumir la yema. 

También por cierto, o eso dicen, los seguidores de la dieta de Daniel suelen reunirse en grupos para, entre otras cosas, debatir y hablar sobre la Biblia. No sé si específicamente por el hecho de hablar de temas bíblicos o religiosos, pero quienes se embarcan en una modificación dietética tienen más éxito cuando comparten su experiencia en grupos. Realmente esto no es nuevo, y se utiliza sin duda para secundar y mantener objetivos personales mucho más allá de la dieta.