El vegetariano McDougall declara la guerra a lo paleo, la Zona y Atkins

El Dr John McDougall es uno de ésos que podemos llamar gurús vegetarianos que no tiene otra cosa que guerra que declarar una guerra. Aburrido ya suponemos de su guerra contra el colesterol, ahora el enemigo a batir es todo lo que se parezca a estas dietas o estilos alimentarios: lo paleo (y primal o primitivo), la dieta del doctor William Davis (Wheat Belly, que postula la eliminación de cereales), la Zona y Atkins. 

En concreto afirma lo siguiente: 

Los expertos que defienden comer carne se identifican con términos como bajo en carbohidratos, Paleo, Primal, Wheat Belly, la Zona, Atkins... Quieren que la gente coma grasa y proteína animales para la energía y eviten los carbohidratos (almidones). Sus mensajes apoyan conglomerados muy productivos como las industrias de carnes, pescados, huevo o lácteos. Como resultado de sus ventas, negocios secundarios como los doctores, hospitales y las compañías farmacéuticas obtienen grandes beneficios. Todas esas industrias comparten en común una ideología con las industrias del petróleo y el carbón: los beneficios por encima del bienestar de la Tierra y sus habitantes.

He aquí más que un gurú, un auténtico profeta y salvador nada menos que del bienestar de toda la Tierra entera, oiga. McDougall no es que sea gracioso, es que ralla lo delirante. En primer lugar, no estaría mal que un doctor tan ducho en nutrición aprenda algunas cosas básicas precisamente de eso, de nutrición. No sé desde cuando la Zona o la nueva dieta Atkins promueven estar todo el día comiendo grasa y carne animal. Más que sutil es la diferencia entre permitir y promover moderamente, y por otro lado promover como alimentos casi exclusivos de la dieta. Incluso, la Zona no es exactamente una dieta que sea entusiasta de la grasa animal (lo es, sin embargo, del aceite de oliva, nada animal). Así que cuanto menos McDougall se ha creado un enemigo un poco a su medida. 

No menos importante para la formación nutricional de McDougall sería comprender que es erróneo asociar ineludiblemente carbohidratos con almidones. ¿Qué son entonces las frutas y vegetales? ¿Proteína, grasa, el espíritu santo? Por supuesto que son carbohidratos, pero esto no le interesa a McDougall para recrearse en su fábula guerrillera. 

Pero mi parte favorita, la más desquiciantemente impagable, es la que sigue. Según este gurú, los paleos nos alineamos con grandes conglomerados industriales como las compañías de carnes, pescados, huevos o lácteos. Otra en la frente de McDougall: ¿los lácteos? Bautizar a los lácteos como alimento paleo es otro -otro más- delirio imaginamos de esta su guerra vegetariana. Qué duda cabe de la gran potencia que suponen los alimentos no procesados, naturales y preferentemente orgánicos que defendemos los paleos como pescados salvajes, carnes criadas al aire libre, con pastos y sin hormonas ni antibióticos, huevos camperos de gallinas en libertad...etc  Rechacemos pues lo natural, ensalzemos lo transgénico, hormonado, adulterado, bañado en pesticidas y antibióticos. Y demos el premio Nobel de la Paz a Monsanto, esa industria de cereales que es la mayor del mundo tan abandonada a su suerte por el poder político, tan esquilmada financieramente y, sobre todo, tan preocupada y abnegada por el bienestar de la Tierra y sus habitantes. 

¿Y quién duda que los paleos somos grandes accionistas y defensores a ultranza de la industria farmacéutica? ¿Qué es un paleo sin una buena botica de estatinas para reducir el colesterol y antidepresivos? La ciencia de McDougall es abrumadora, pero por supuesto es ciencia ficción. 

Una cosa parece clara: el veganismo más políticamente correcto y estricto no parece muy recomendable para la salud mental. Tenga cuidado.