Dos frecuentes dudas cosméticas

Una es especialmente frecuente en esta época, el verano. La otra es más intemporal.

- Mezclar protectores solares

¿Y si mezclo, digamos, una protección 40 con una 20? ¿Qué obtengo, la suma de ambas, el promedio de ambas, el logaritmo neperiano de...?

Si mezclas por ejemplo 30 gramos de un protector SPF 40 con 30 gramos de un protector SPF 20, estarás obteniendo una protección 30, esto es, el promedio. 

Si aplicas primero una y luego la otra (entendiendo no un par de horas después), sigues obteniendo el promedio. Pero claro está, esto asumiendo que empleas cantidades iguales o muy similares de ambos protectores solares. 

Y todo ello asumiendo, además, que al menos estamos aplicando 2 gramos por cm2 de superficie cutánea, como escribí aquí a propósito de los polvos de maquillaje con SPF. 

- ¿Es mejor usar la limpiadora facial en la ducha?

Esta duda es alimentada por limpiadoras faciales que nos aconsejan usar en la ducha. Es quizás más habitual encontrar esta recomendación con productos masculinos, aunque no sé aún por qué es más masculino limpiarse la cara bajo la ducha que frente a un espejo. Si uno tiene un grifo en el lavabo por el que sale agua, no veo en qué es mejor -o peor- limpiarse la cara bajo la ducha -que, por otro lado, emitirá la misma agua-. Nadie, por otro lado, necesita dejar un producto limpiador sobre el rostro durante tiempo -lo cual, además, puede incrementar el riesgo de irritación-. 

Dicho todo esto, podríamos añadir que deberíamos limpiarnos el rostro al levantarnos y antes de acostarnos. Y no creo que -quitando las excepciones de esos días muy calurosos- vayamos a estar duchándonos dos veces al día, algo por lo general además innecesario.

Lavarse la cara bajo la ducha no es, por tanto, mejor ni peor que hacerlo en el lavabo. Igual que ni mejor ni peor es lavarse los dientes bajo la ducha. Y nadie ha oído -hasta ahora al menos- la recomendación de tener que usar el dentífrico mientras nos damos el champú.