Vitamina K2, posiblemente el mejor amigo de la D

Antes de entrar en la temática titulada, una estrategia de marketing cosmético made by Shiseido que podríamos calificar de, ¿original, sacrílega, ocurrente, brillante o despropósito? Aún no sé como calificarla yo. Pasen y vean. La Gioconda de Leonardo restaurada con base de maquillaje..

La llamada revolución de la vitamina D es algo a lo que hemos venido asistiendo desde hace unos años en JyB. Refiriéndose a su relevancia, hay quienes afirman que la vitamina K será la próxima vitamina D. Uno de ellos es el Dr Cees Vermeer. Si en cuanto a la vitamina D, los doctores Holick y Cannell son las principales referencias mundiales en investigación, el Dr Vermeer es su homólogo o equivalente si hablamos de la vitamina K. No en vano, ya en 1975 fundó un grupo de investigación centrado en la vitamina K -el más importante del mundo- hasta hoy bajo el auspicio de la Universidad de Maastrich. Y su llamémosla cruzada no pretende ser pequeña, pues denominan a la K como la vitamina omnipotente, nada menos.

La vitamina K puede subdividirse en vitaminas K1 y K2. Aunque más conocida es la K1, encontrada en vegetales de hoja verdes y denominadas fitoquinonas ('fito' porque se suele encontrar en plantas), parece que la investigación de los últimos años ha encontrado propiedades mucho más interesantes y aun fascinantes en las menaquinonas, esto es en la K2, que se encuentra más en productos animales (quesos curados, mantequilla y ghee..), aunque también en alguno vegetal (natto). 

De hecho el natto y el queso curado es el punto de encuentro -permítaseme el neologismo- menaquinónico que explica la limitada enfermedad cardiovascular en países como Holanda, Alemania o Japón. El propio Dr Vermeer cree que el elevado consumo de queso curado en países como Alemania es en gran parte responsable de este hecho, ya que es una fuente importante de vitamina K2. Lo propio haría el consumo de natto en Japón. Pero, ¿por qué? Vayamos de atrás para adelante para entenderlo. 

La warfarina es uno de los fármacos más comunes a la hora de querer evitar la coagulación sanguínea y, por tanto, de prevenir eventos cardiovasculares. Pero, ¿y si precisamente el uso a largo plazo de este fármaco acabara potenciando problemas cardiovasculares? Un estudio alemán de 2005 llegaba a esta conclusión ("Relation of oral anticoagulation to cardiac valvular and coronary calcium assessed by multiple spiral computer tomography" Amer J Cardiol.2005) El problema era que la warfarina acababa provocando que las arterias se calcificaran, esto es, estimulaba la arterioesclerosis en el largo plazo al menos. Pero, ¿por qué? Porque, y aquí llegamos al punto donde quería, la warfarina interfiere con la vitamina K, inhibiendo tanto su producción (las bacterias intestinales pueden producirla, aunque la de valor y absorción acaba procediendo de alimentos) como su funcionamiento. Según el Dr Gary Gordon, el calcio arterial es más peligroso que la diabetes, el colesterol alto o la hipertensión. Por si teníamos dudas de su importancia. Y la vitamina K2, claro, es un experto en retirar el calcio de las arterias y llevarlo a donde debe estar, en los huesos. 

Éste, al menos, es un punto crítico donde fácilmente puede deducirse la sincronía entre las vitaminas D y K2. Ambas vitaminas trabajan juntas para incrementar la proteína GLA de la matriz. Y al menos en un aspecto me parece importante considerar la vitamina K2 cuando estamos sometidos a una terapia digamos intensiva de suplementación de vitamina D. Si buscamos estudios publicados, podemos ver que la calcificación arterial no parece estar relacionada con un estatus elevado de vitamina D. Pero un posible efecto secundario descrito para un exceso de vitamina D es la calcificación de tejidos blandos. El tema parece explicarse en forma de U: tanto los niveles deficientes como excesivos de vitamina D podrían relacionarse con este problema. En el lado derecho de la U, es decir, cuando tenemos demasiada vitamina D, la vitamina K2 es absolutamente creo un seguro anticalcificación de tejidos blandos. 

Y menciono esto dado que las terapias con dosis elevadas y muy elevadas de vitamina D se están popularizando. ¿Y si estamos consumiendo warfarina y no debemos suplementar vitamina K? Hay doctores que emplean distintas combinaciones de suplementos en lugar de warfarina para evitar el problema a largo plazo de posibles calcificaciones y poder dar vitamina K a sus pacientes, sobre todo con Omega 3, enzimas como nattokinasa, gingko biloba... Pero esta sustitución debe monitorizarse en cada caso y llevarse a cabo por un especialista.

Quedémonos para finalizar además con esto. Inducir deficiencia de vitamina K produce diabetes II en animales, un campo apenas en sus inicios pero prometedor es el que estudia la relación entre la K y problemas neuronales, y ¿sabías que los investigadores creen que un adecuado nivel de vitamina K2 puede evitar que se formen calcificaciones en el pecho que tanto temen las mujeres por inducir a veces a pensar en algo maligno?

Inicialmente la vitamina K2 deben considerarla todos aquéllos que suplementen durante tiempo más de unas 2.000 UI diarias de vitamina D, quienes quieran reforzar sus huesos o con problemas de osteoporosis, osteopenia.., y quienes hayan consumido previamente warfarina para eliminar sus efectos procalcificación arterial. No hay dosis descritas óptimas de vitamina K para prevenir la calcificación arterial. El cardiólogo Dr William Davis concretamente consume ésta. Y a propósito de las dosis óptimas, los laboratorios de Life Extension, que formulan de acuerdo a las últimas evidencias publicadas, están actualmente estudiando si aumentar la dosis de vitamina K2 MK-7 en esa fórmula.

Por todo lo demás, si te decían o dicen que el queso curado no es bueno para el corazón porque aumenta el colesterol, (hace un par de días un lector comentaba aquí la 'prohibición cardiovascular' de este alimento por su médico), háblales de la vitamina K2. Quizás sea un buen paso para que aparte de que aprendan algo de esta vitamina, se replanteen su mundo colesterolfóbico.