Pescado y Alzheimer

Un reciente estudio de la Universidad de Pittsburgh correlaciona el consumo de pescado con el riesgo reducido de padecer Alzheimer y otras formas de pérdidas de memoria. Para ello se comparó durante nada menos que 10 años el consumo de pescado con los escáneres cerebrales y tests en los sujetos de un estudio que es primero que analiza la relación entre consumo de pescado y áreas cerebrales afectadas por el Alzheimer. Según el Dr Cyrus Raji los consumidores habituales de pescado (pescado hervido, horneado o a la parrilla o plancha, pero no frito), en el estudio pudieron reducir hasta 5 veces su probabilidad de sufrir Alzheimer o problemas cognitivos en los siguientes 5 años. En dicho estudio se seleccionaron 260 sujetos con habilidades cognitivas normales, cuyo consumo de pescado fue determinado por el Cancer Institute’s Food Frequency Questionnaire. Así, se compararon sus escáneres cerebrales durante un período de 10 años con el consumo de pescado y teniendo el cuenta el método de cocinado. En concreto, se concluyó que hay menores daños en zonas del cerebro cuyo deterioro se asocia con el Alzheimer: hipocampo, precuña, cíngulo posterior y córtex orbitofrontal.

Como prometí en Facebook, esta vez informaría nutricional y gráficamente de mi actual viaje a EEUU, concretamente a Florida. Pues he aquí lo que más o menos fue parte de mi primera cena. Dado que no se aprecian demasiado bien algunos productos, la lata es un té verde con limón natural y sin azúcar o endulzantes, agua mineral Fiji del Pacífico, kéfir orgánico con acai y granada, piña natural, mantequilla sin sal de Organic Valley hecha con leche de vacas criadas con pastos lo que garantiza según el fabricante presencia de Omega 3 y CLA, y por último una mezcla de pollo, vegetales al vapor, aguacate y algo de arroz rojo integral.

Y parte de uno de mis desayunos habituales aquí, frutos del bosque con leche (o bebida) de coco en este caso también orgánica. Normalmente acompañado de una lata de atún del Atlántico Norte.