Cambios en la dieta para mejorar el autismo

Julie Matthews es una nutricionista norteamericana especializada en el problema del autismo, a lo que muchos dirán ¿qué tendrá que ver la nutrición con el autismo? Pues bastante. Probablemente, y aun seguramente, la nutrición no será la solución para este problema, pero sí puede paliar ampliamente sus síntomas. Según Julie Matthews en su libro "Nourishing Hope for Autism", una serie de pequeños grandes cambios pueden, sobre todo si se suman, tener un impacto realmente notable. Tal es su experiencia con pacientes con este problema. Y lo cierto es que la mayoría de sus recomendaciones son válidas para mejorar la dieta de cualquier persona. Si hemos oído que una dieta para los diabéticos es una dieta óptima para todos, parece que en el caso del austismo la cuestión no difiere demasiado. En concreto, Matthews propone implementar los siguientes cambios:

- Eliminar los sabores artificiales como la vainillina

- Eliminar conservantes como BHA

- Eliminar los edulcorantes artificiales

- Eliminar el monosodio de glutamano y proteínas hidrolizadas

- Eliminar colorantes artificiales

- Eliminar las grasas trans

- Decantarse por productos orgánicos

- Reducir el consumo de azúcar

A lo que añadiría:

- Eliminar el gluten (otro día más sobre los efectos neuronales del gluten y más particularmente de distintos compuestos típicos del trigo).

- Probar a eliminar caseína, que se encuentra en todos los lácteos. El único derivado lácteo con muy muy poca caseína es la mantequilla (la mantequilla clarificada o ghee no contiene nada), aunque si hay una clara intolerancia a la caseína aun hasta la mantequilla habrá que eliminar.

- Suplementar al menos 1.000 UI diarias de vitamina D sería casi obligatorio. El caso en favor de la vitamina D en el autismo es bastante claro.

- Es muy importante un adecuado estatus de Omega 3 en sangre.

Otras consideraciones de posible efectividad en algunos casos:

- Según el Dr Feingold, creador de una dieta para el autismo con su nombre, algunos niños autistas son sensibles a los fenoles y salicilatos (es curioso en tanto la mayoría de personas encuentran beneficios en estos componentes), lo que conllevaría eliminar gran parte de las frutas como manzanas, uvas o frutas del bosque.

- Susan Owens propone una dieta baja en oxalatos frente al autismo, en tanto éste podría generar inflamación y agotar los niveles de glutatión en los autistas. Esto se traduce por restringir o eliminar kiwis, espinacas, zanahorias crudas, chocolate, soja o frutos del bosque.

¿Una nueva posible solución (no nutricional)?

Se trata de la cámara hiperbárica. Un estudio placebo doble ciego aparecido en 2009 en BCM Pediatrics concluía que los síntomas remitían apreciablemente cuando se sometían a los niños autistas a sesiones de cámara hiperbárica.  En concreto hubo mejoras en:

1- Hiperactividad

2- Alerta mental

3- Habla
4- Irritabilidad