Farmageddon: El Estado contra la libertad alimentaria. Duplicar los niveles de vitamina D aumentaría 2 años la esperanza de vida mundial
Gran parte de nosotros podemos recordar, y algunos aún vivir hoy en día, lo que antaño era un gran evento en no pocos pueblos: las matanzas. Otros incluso pueden recordar haber consumido leche recién ordeñada de vaca, la llamada leche cruda, probablemente en casa de sus abuelos o incluso sus padres. Comercializar muchos de estos productos sin un procesamiento industrial mínimo es imposible, y al menos en EEUU en muchos casos la coacción llega al punto de que ni uno mismo puede producirlo para consumo propio. "Farmageddon", que proviene de la palabra 'farm' que significa granja en inglés, es un nuevo documental norteamericano que narra el profundo e intolerable abuso del Gobierno contra las pequeñas granjas particulares, a veces usando incluso la violencia. Son culpables por producir sus alimentos sin un sello de aprobación de un burócrata, culpables por querer consumir alimentos tradicionales producidos de forma tradicional. Son en definitiva culpables por ejercer su libertad individual.
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Aunque pocos estudios ya me llaman la atención acerca de la vitamina D, uno aparecido esta semana en el European Journal of Clinical Nutrition sí lo ha hecho porque da medida del alcance a nivel mundial de algo tan meridiano como multiplicar por 2 nuestros niveles de vitamina D y en algo tan apreciable como la esperanza de vida. En concreto, el estudio afirma que aumentaríamos 2 años la esperanza de vida en todas las regiones del mundo duplicando nuestros niveles de esta vitamina. En concreto se afirma que aumentar los niveles de 25-vitamina D es el método más eficiente de reducir las tasas de mortalidad global.
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Por último, y cambiando radicalmente de tema, dado que hace escasos días conmemorábamos el 10º aniversario del trágico 11-S, bien vale traer aquí unas palabras suyas cuya emoción hago mía. La misma que otras veces he mostrado por esta gran metrópoli. Y unas palabras que están contenidas, además, en una de mis novelas favoritas de todos los tiempos: "El Manantial", por supuesto de Ayn Rand.
"Cambiaría el más bello atardecer del mundo por una sola visión de la silueta de Nueva York. Particularmente cuando no se pueden ver los detalles. Sólo las formas. Las formas y el pensamiento que las hizo. El cielo de Nueva York y la voluntad del hombre hecha visible. ¿Qué otra religión necesitamos?. Y entonces la gente me habla de peregrinaciones a algún agujero infecto en una jungla, a donde van a homenajear a un templo en ruinas, a un monstruo de piedra con barriga, creado por algún salvaje leproso. ¿Es genio y belleza lo que quieren ver?. ¿Buscan un sentido de lo sublime?. Dejadles que vengan a Nueva York, que vengan a la orilla del Hudson, miren y se pongan de rodillas. Cuando veo la ciudad desde mi ventana -no, no siento lo pequeña que soy- sino que siento que si una guerra viniese a amenazar esto, me arrojaría a mí misma al espacio, sobre la ciudad, y protegería estos edificios con mi cuerpo".
Aunque pocos estudios ya me llaman la atención acerca de la vitamina D, uno aparecido esta semana en el European Journal of Clinical Nutrition sí lo ha hecho porque da medida del alcance a nivel mundial de algo tan meridiano como multiplicar por 2 nuestros niveles de vitamina D y en algo tan apreciable como la esperanza de vida. En concreto, el estudio afirma que aumentaríamos 2 años la esperanza de vida en todas las regiones del mundo duplicando nuestros niveles de esta vitamina. En concreto se afirma que aumentar los niveles de 25-vitamina D es el método más eficiente de reducir las tasas de mortalidad global.
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Por último, y cambiando radicalmente de tema, dado que hace escasos días conmemorábamos el 10º aniversario del trágico 11-S, bien vale traer aquí unas palabras suyas cuya emoción hago mía. La misma que otras veces he mostrado por esta gran metrópoli. Y unas palabras que están contenidas, además, en una de mis novelas favoritas de todos los tiempos: "El Manantial", por supuesto de Ayn Rand.
"Cambiaría el más bello atardecer del mundo por una sola visión de la silueta de Nueva York. Particularmente cuando no se pueden ver los detalles. Sólo las formas. Las formas y el pensamiento que las hizo. El cielo de Nueva York y la voluntad del hombre hecha visible. ¿Qué otra religión necesitamos?. Y entonces la gente me habla de peregrinaciones a algún agujero infecto en una jungla, a donde van a homenajear a un templo en ruinas, a un monstruo de piedra con barriga, creado por algún salvaje leproso. ¿Es genio y belleza lo que quieren ver?. ¿Buscan un sentido de lo sublime?. Dejadles que vengan a Nueva York, que vengan a la orilla del Hudson, miren y se pongan de rodillas. Cuando veo la ciudad desde mi ventana -no, no siento lo pequeña que soy- sino que siento que si una guerra viniese a amenazar esto, me arrojaría a mí misma al espacio, sobre la ciudad, y protegería estos edificios con mi cuerpo".
No sabía que habían hecho una película de la rebelión de Atlas de Ayn Rand , con trilogía y todo ;-)
ResponderEliminarhttp://www.atlas-shrugged-movie.com/