Perder peso para ignorantes

Llevamos décadas lidiando con una epidemia de obesidad, décadas con la consiguiente epidemia de diabetes, y de ahí la llamada diabesity. Décadas leyendo libros de dietas que parece que en su mayoría no han servido para nada, cuando no para profundizar en el error y el problema. Quizás es que todos esos libros y enseñanzas resultaban muy complejos. Para resolverlo, o eso parece, el más que célebre Ramón Sánchez Ocaña nos presenta su libro para adelgazar para dummies, es decir súper simplificado. No obstante, el mensaje pregonado a diestra y siniestra, día sí y siguiente también, no ha podido ser más simple: consume menos calorías y quema o gasta más. Por desgracia, el pensamiento calórico fue tan presuntamente lógico como metabólicamente absurdo desde el principio. Es decir, un engaño como pocos se han visto. 

¿Y qué ofrece este libro? No lo he leído, pero mucho me temo que más de la misma canción de siempre. Y si no, no se puede entender -según me informó un lector en Twitter- que Ramón Sánchez Ocaña entrevistado en un programa de televisión a propósito de su libro haya dicho que los dulces hay que restringirlos pero el pan, por sí solo, no engorda. Lo cual es verdaderamente fantástico. Cultive y recoja acres de trigo e hínchese hasta que no pueda más del pan producido. Total, el pan por sí solo no engorda. Pero oh terror, si un pequeño trozo de pan es untado es salsa, mantequilla o algo supuestamente con grasa, pues lo sentimos, ya engorda. Que esto lo pueda pensar una persona media es criticable, pero que una supuesta autoridad en materia nutricional nos deleite con esta sabiduría sí es para salir a la calle y manifestarse indignado. Profundamente indignado.

Opinar es gratis, y decir cosas con poco sentido también. Y por cierto, aparte de ese pan que nada engorda según Sánchez Ocaña, no se olvide de aderezar bien sus comidas con aceites vegetales y margarinas ricos en Omega 6. Si luego usted acaba teniendo problemas con tanto carbohidrato y Omega 6 que a mí no me miren. Dígaselo a Ramón Sánchez Ocaña. 

(Para que luego digan que los españoles nunca sucumbimos a la colesterolfobia)

(Trigo con aceites vegetales altos en Omega 6. Esto parece ser lo 'sanísimo'. Lo que digo, para indignarse)

Yo no sé si realmente Sánchez Ocaña cree en todas estas cosas (el adjetivo prefiero ahorrármelo) que dice o simplemente las dice por el atractivo contrato que Flora le ofrece. Yo, desde luego, siempre he tenido muy claras las prioridades. Igual que nunca anunciaría un paquete de tabaco, pues oiga, un paquete de galletas de trigo con aceite de girasol tampoco. Ya demasiada vergüenza me da ver hacerlo a otros.