Vale más una imagen...

Exactamente, que mil palabras. O eso dicen. Más de mil sin duda se han escrito ya sólo en Juventud y Belleza sobre la vitamina D. Es por ello que en estos casos nunca viene mal resumir, recordar o sencillamente poder visualizar todo lo antedicho. Y aunque en ningún momento he afirmado que vayan a erradicarse y ser cosa del pasado las enfermedades crónicas optimizando nuestra vitamina D, sí creo firmemente que para embarcarse en tan heroica empresa y llevarla a buen puerto, esto es conseguir erradicar la plaga de las enfermedades de la civilización, la optimización de los niveles de esta vitamina en sangre es un factor clave involucrado.

Volviendo pues a la tarea de visualizar, he aquí un gráfico elaborado por Lahore a partir de datos de Garland y Baggerly sobre la incidencia de determinadas enfermedades crónicas en función de los niveles de vitamina D. De izquierda a derecha podemos leer raquitismo, ataques cardíacos, fracturas y caídas, esclerosis múltiple, cáncer de pecho, cáncer renal, todos tipos de cáncer y diabetes tipo I (insulinodependiente). Excepto el raquitismo, que se erradica con 20 ng/ml de vitamina D en sangre, podemos apreciar que las demás enfermedades crónicas citadas reducen notablemente su incidencia cuando los niveles de vitamina D pasan de 40 a 60 ng/ml, lo cual puede en principio parecer una diferencia pequeña. Y es que aumentar sensiblemente los niveles de vitamina D en sangre marcan una pequeña gran diferencia.