Otro fracaso de la dieta baja en grasas. Omega 3, triglicéridos y preocupaciones. Vitamina D antes de operarse. Da miedo.

Invito a leer el artículo completo en tanto merece realmente la pena ver la parte final -da miedo, sí-.

Digámoslo una vez más: las dietas bajas en grasa no son ninguna panacea cardiovascular. Es más, tienden a ser un fiasco desde este punto de vista, en gran parte porque por definición suelen ser elevadas en carbohidratos. La revista Journal of Lipid Research publicó en agosto de 2010 un estudio con 63 voluntarios sanos en los que se testa durante 4 semanas una dieta alta en grasas y baja en carbohidratos o una alta en carbohidratos y baja en grasas. Esta última aumentó las partículas LDL de pequeño tamaño (las más peligrosas), la Lipoproteína A y la oxidación de los fosfolípidos.

Referente a la vitamina D es realmente interesante la investigación recién publicada por el Hospital de Nueva York de Cirugía Especial, que confirma que la mayoría de pacientes que se someten a una cirugía ortopédica son deficientes en vitamina D, lo cual les pone en un incrementado riesgo durante la operación y en el post-operatorio. Según el Dr Jospeh Lane, "en un mundo perfecto primero testa los niveles [de vitamina D], después optimízalos y luego opera". Para este estudio se emplearon los datos de 723 pacientes sometidos a cirugía ortopédica; el 43% tenía niveles insuficientes y el 40% deficientes de vitamina D.

- "Hypovitaminosis D in Patients Scheduled to Undergo Orthopaedic Surgery: A Single-Center Analysis", J Bone Joint Surg Am, Oct 2010

Si seguimos la estela de publicaciones del Omega 3, nos encontramos con una en el European Journal of Clinical Nutrition en septiembre de 2010 que francamente a nadie debería sorprender. Los resultados eran ampliamente esperables. Un equipo de investigadores coreanos compararon en 62 pacientes con problemas de dislipidemias (valores anormales en los lípidos en sangre como fracciones de colesterol, triglicéridos..) 20mg de simvastatina solamente o bien esta medicación con 4 gramos diarios de Omega 3 añadidos. Mientras los triglicéridos cayeron sólo un 13% en el grupo de la simvastatina sola, los que consumieron a su vez aceite de pescado redujeron los triglicéridos un 41%. Obviamente no es novedad ninguna porque las estatinas ya sabemos que no reducen los triglicéridos, mientras el aceite de pescado sí. Tengamos ahora presente que los triglicéridos son un marcador cardiovascular mucho más potente que el colesterol total e incluso el colesterol LDL total también. Ahora saque usted sus conclusiones.

- "Prospective randomized comparison between omega-3 fatty acid supplements plus simvastatin versus simvastatin alone in Korean patients with mixed dyslipidemia: lipoprotein profiles and heart rate variability." Eur J Clin Nutr., septiembre 2010

Hablando del Omega 3, el rotativo The Kansas City Star afirma no sólo que ya uno de cada cinco norteamericanos ha empezado a consumir aceite de pescado sino que el 20% del mercado norteamericano de aceites de pescado proviene de materias primas de China. Según el Dr Wolf, de la Public Citizen Health Research Group, debe ser un motivo de preocupación la pureza de estos productos. En 2008, heparina (anticoagulante) procedente de China se halló contaminada, y en 2007 se detectó melamina en comida para animales originaria de aquel país. La calidad del aceite de pescado que consumas es primordial. Por eso consumo el que posiblemente sea el mejor aceite de pescado del mundo, que es el mismo que ofrezco a mis lectores.

Y finalmente la prometida parte que da miedo. Y no es broma. Comparemos la decomposición de frutas y vegetales durante 74 días. Lo cierto es que es lo esperable en alimentos mantenidos a temperatura ambiente durante este período. Sencillamente se descomponen

Y ahora viene la parte más siniesta del asunto. ¿Y si hacemos lo mismo con un Happy Meal de McDonalds? Sally Davis se hizo precisamente esta pregunta, y se puso manos a la obra con el experimento. Y es más, al Happy Meal de hamburguesa y patatas se le dieron 180 días. ¿Se descompuso? Ni con ésas. Pues parece que en el día 180 la hamburguesa y las patatas estaban como el primero. Y si no vean las fotografías tomadas durante el proceso por Sally. Hace días un amigo me habló de este experimento, y parece ser que ni el perro de esta mujer sentía interés por aquella hamburguesa y patatas en ningún momento. Pensemos por favor en todos esos alimentos de comida rápida, las veces y veces que innumerables padres se los dan una y otra vez, incluso varias veces por semana, a sus hijos. O incluso nosotros los adultos comemos. ¿Qué estamos ingiriendo? ¡Esto no es comida! ¿Qué será? A saber. Miedo da. ¿O no?