La profesión psiquiátrica pervertida
Aunque la medicina convencional -y farmacológica- es en muchos casos necesaria, en realidad no es siempre tan efectiva ni tan benigna como imaginamos. Hace poco aludía a un estudio que señalaba peligros de la medicina convencional que serían superiores a sus supuestos beneficios. El hecho de que menos medicina convencional a veces se traduce en una mejor salud suele encontrar ejemplo paradigmático en muchas ocasiones en la psiquiatría. Hoy, la psiquiatría se ha convertido en una extensión de los laboratorios farmacéuticos y los psiquiatras en casi indiscriminados firmantes de recetas. Un nuevo libro contra lo que se ha convertido la profesión psiquiátrica puede parecer interesante, pero si el propio autor es médico psiquiatra podemos llegar a darnos cuenta de lo muy real y cierto que es este problema. El Dr Daniel Carlat, que practica la psiquiatría en Boston, pretende no dejar indiferente a nadie con su nueva obra cuyo título podría traducirse al castellano como "Desquiciado -El problema de la Psiquiatría- Revelaciones de un doctor sobre una profesión en crisis". Carlat expone en su libro las siguientes 5 críticas centrales a sus compañeros de profesión:
Las críticas del Dr Carlat, aunque referidas al estamento psiquiátrico, pueden ser extensibles a muchas otras partes de la medicina oficial.
1.- Nos hemos llegado a convertir en repartidores de medicamentos. Antes acostumbrábamos a escuchar a nuestros pacientes e intentar entender quiénes eran. Ahora somos doctores de 15 minutos para escribir recetas. Sólo uno de cada diez psiquiatras ofrecen terapia real a todos sus pacientes.
2.- Prescribimos medicamentos a ciegas. Las buenas noticias son que muchos de nuestros medicamentos funcionan. Las malas noticias son que no tenemos casi idea de cómo o por qué funcionan. Nuestros pacientes creen que todo es cuestión de modificar neurotransmisores. Nada está más lejos de la verdad. Prescribir un fármaco psiquiátrico es más un arte que una ciencia, con un muy amplio margen de ensayo y error.
3.- Hemos permitido ser comprados por la industria farmacéutica. En tanto no tenemos idea de cómo funcionan nuestros medicamentos, ni sabemos cómo elegir entre algunas opciones, los fabricantes han estado encantados de rellenar este vacío con su versión del "conocimiento". En efecto, yo solía hablar para Wyeth Pharmaceuticals, hasta que me di cuenta de que se me estaba pagando para acabar engañando a otros médicos.
4.- Hemos llegado a estar seducidos por máquinas de alta tecnología neuronal que o son inefectivas o sólo marginalmente efectivas. Un nuevo instrumento, el estimulador del nervio vago, publicitado como calmante para el cerebro, dice ser una cura contra la depresión. Cuesta 25.000 dólares implantarlo. El problema es que ningún estudio ha demostrado que sea mejor que pegarse un tenedor en el hombro. Y sin embargo ha sido lanzado por psiquiatras académicos y ha sido aprobado por la FDA.
5.- Rechazamos considerar soluciones. La mitad de los psiquiatras rechazan tratar a sus pacientes dentro de la cobertura de sus seguros. Gastamos millones en desplazar a otros expertos en salud mental que podrían hacer peligrar nuestro puesto profesional. El resultado es que el sistema de salud mental en EEUU ha llegado a ser una catástrofe de salud pública.
Las críticas del Dr Carlat, aunque referidas al estamento psiquiátrico, pueden ser extensibles a muchas otras partes de la medicina oficial.
Me gusta hablar sobre lo que conozco, y puedo decir que lo que me parece alucinante es que acudas a tu médico de cabecera con un ánimo bajo porque estás atravesando un luto (por la pérdida de un familiar en mi caso) y tras una consulta de seis minutos (SEIS MINUTOS) salgas con tres recetas en la mano: un antidepresivo, un ansiolítico y otra de unas pastis para dormir. Afortunadamente mi ignorancia apenas duró una semana (el tiempo que tardé en comprobar que aquellas pastillas me cambiaban la percepción de la realidad y me sentaban mal) y las dejé rápidamente. Por suerte pude permitirme económicamente unas sesiones con un terapeuta, que sí me funcionó (para mi problema concreto) y luego las combiné con acupuntura (que lo mismo es placebo, pero a mí me fue bien también)
ResponderEliminarPero no se puede (ni se debe) largar pastillas así como así, alegremente; a mi alrededor hay mucha gente enganchada a Lexatines, Orfidales, Trankimazines, Seroxat etc. porque un día su médico de cabecera se los prescribió. Me parece aberrante.
Eso es completamente cierto, y lo digo por experiencias muy cercanas.
ResponderEliminarRecetan sin escuchar y medio a voleo, cuando se empieza el tratamiento, medio zombie, no eres persona, luego, con los días vas siendo medio persona; y si ves que no mejoras, vuelta a ir de nuevo, y vualta a empezar.
Si son depresiones graves, no hay discusión, aunque siempre una charla y exteriorizar es una grandísima ayuda, pero en pequeñas depresiones o estados de ansiedad menores, es mucho peor el remedio que la enfermedad.
Pero claro, vas a la seguridad social, y el médico tiene que ver a 50 pacientes en 3 horas, imposible que se pare con cada uno, pues nada, tranxiliums y compañía, como el que receta chicles, igual.
Pero esto es siempre lo mismo, no hay dinero para más profesionales en distintos campos de la salud, pero ...oye...que bonitos están los ambulatorios con las pantallas planas!! y que bien queda de boca del consejero de salud!!
En fin, lo he vivido muy de cerca y es algo realmente grave.
Un saludo a todos.
A ver si nos enteramos de una vez, que los medicamentos no curan la depresión ni la ansiedad, y que UNICAMENTE LAS ENMASCARAN. (Aunque ésto no implica que no pueda ser un apoyo extraordinario para las terapias)
ResponderEliminarSi lo que de verdad se busca, es recuperar el equilibrio, hay que seguir un tratamiento. Sin más.
No digo que uno mismo no sea capaz de identificar sus mecanismos de defensa cuando ya hay disfunción, pero sí digo que es muy poco frecuente. La ayuda de un psiquiatra no es mejor que la de un psicólogo, en tanto no se relaciona con el paciente.
Por eso, hay que desterrar el mito:
¿Psicólogo o psiquiatra?
Psiquiatra, sólo si éste hace terapia, o si un psicólogo o médico te han declinado a él.
Psicólogo, si quieres conocer y "dominar" tu estilo cognitivo, sin necesidad de psicofármacos.
Yo soy psicóloga, y "receto" a TODO EL MUNDO dosis diarias de Omega 3, algo de meditación, muchos abrazos, y de vez en cuando, paseos al aire libre.
Y si existe algún problema, se debe hacer cuanto antes terapia breve con un psicólogo comprometido y con la especialidad adecuada; y en la gran mayoría de los casos, se puede decir adiós tranquilamente a las benzos y a los ISRS.
David... perdona que me salga del tema. He aprendido con el blog que el acido salicílico le viene bien a las pieles grasas y con puntos negros. Mi piel es así y me gustaría que me recomendaras productos que contengan ácido salicílico. He mirado el post en el que hablas de este ingrediente, pero la mayoría de productos que recomiendas son de Paula y yo no puedo comprar por internet. Por favor, agradecería mucho que me ayudárais. Me gustaría comprarme un limpiador y una crema. Mi piel es grasa y madura (43 años). Con esto podría reducir un poco la suciedad de mis poros... Muchas gracias y perdonad si repito pregunta. Un abrazo.
ResponderEliminar"Gastamos millones en desplazar a otros expertos en salud mental que podrían hacer peligrar nuestro puesto profesional".
ResponderEliminar¡BUENÍSIMO!
Este es todo un ejemplo de honradez y lealtad al juramento hipocrático. Más pensar en el enfermo y sus familiares, y menos en ganar pasta.
Estoy totalmente deacuerdo con el tercer comentario,el de María. Yo llevo cerca de dos años con ansiedad. El primer problema con el que me encontré fue que los propios médicos por mi edad (tenía 23 cuando empecé) le restaban importancia al problema llegando a decirle a mis familiares que posiblemente estaba intentando LLAMAR LA ATENCIÓN!!! Yo me sentía realmente mal, tenía taquicardia, mareos, cansancio, dolores increíbles de cabeza y de estómago y la única respuesta que recibía del psiquiatra era: no pienses en ello y tómate un Trankimacín.
ResponderEliminarAl cabo de los meses no sólo seguía sintiéndome mal físicamente sino que llegué a sentirme totalmente aislada de mi mundo y enganchada a los ansiolíticos que, dicho sea de paso, te quitan puntualmente los síntomas pero no te curan. Más bien te introducen en un círculo vicioso del que es muy complicado salir.
Hace 5 meses mi chico me acompañó a una psiquiatra que después de escucharme, ver todos análisis y demás pruebas lo único que me prescribió fue consultar a un psicólogo. Hoy puedo decir que sin estar curada mi vida ha cambiado radicalmente, me encuentro muchísimo mejor, tengo ganas de salir de casa, hacer cosas que antes me daban auténtico pánico y no he vuelto a tomar Lexatin, Orfidal ni nada que se le parezca.
He recuperado hasta las ganas de cuidarme y maquillarme (cosa impensable en mí hace un año)y aprovecho para hacerte una consulta: he oído que la protección solar hay que aplicarla después del maquillaje porque si lo haces antes, al poner la base de maquillaje encima se pierden las propiedades de la crema protectora, por muy elevado SPF que tenga, ¿es eso cierto?
Un saludo y muchas gracias por este blog del que me declaro fan incondicional :)
Estoy totalmente de acuerdo con el comentario de Sándor,lo he experimentado en una ocasión.
ResponderEliminarVeckia,lo triste es que en mi caso ese trato rapidísimo y escribiendo ya las recetas ,fuén en medicina privada,así que me temo que el mal hábito está extendido a muchos campos de la medicina.
Bea, imagino que también ocurrirá, no, ocurre, por lo que comentas...
ResponderEliminarEs triste, sí, pero como de todo se aprende, si en alguna otra ocasión tienes que irte a un psiquiatra privado, que espero que no, y como ya tienes el precedente, cuando te pregute que te pasa, con decirle (antes de exponer tu caso) que lo que buscas es terapia, pautas, soluciones, no recets, que para eso ya está la seguridad social, que las recetas como complemento, no como despache inmediato; si no es el caso con levantarte y marcharte, asunto concluido.
No es fácil, lo sé, pero las cosas importantes no lo son.
Un saludo
beatriz,
ResponderEliminarprimero se pone el protector solar, y luego el maquillaje.
María: Ojalá tuvieses razón, pero, por desgracia para millones de enfermos, como yo, no es tan fácil.
ResponderEliminarHazle terapía a un esquizofrénico y no le des neurolépticos, a ver qué pasa.
Un psicótico no llega nunca a curarse, solo se mejora con fármacos. La terapia psicológica (cognitiva, conductual, humanista o la que sea) sería un complemento, una pequeña ayuda y no al revés como tú afirmas.
Respecto a las neurosis, las severas no responden a psicoterapia, por la sencilla razón de que el paciente no está en condiciones de interactuar con el clínico.
En una depresión severa o un trastorno de ansiedad severo, el enfermo se encuentra tal mal, que no puede salir de casa, ni siquiera realizar por sí mismo los actos cotidianos de supervivencia como alimentarse. En estos casos, no hay reacción alguna a ninguna propuesta de los clínicos.
No defiendo aquí a la psiquiatría ni reniego de la psicología. De hecho, estuve 6 años estudiando medicina en la universidad de Córdoba y 12 años en la UNED para llegar a ser psiquiatra y psicólogo, pero una enfermedad nerviosa me impidió alcanzar mis objetivos cuando me faltaba muy poco para conseguirlo.
Los fármacos no son la solución. Lo sé. Pero si no fuera por ellos yo, y millones de enfermos más, estaríamos criando jaramagos hace ya tiempo.
María, ¿Que harías si me vieses convulsionando en la cama, temblando, con la tensión arterial muy alta (he llegado a tener 220 y110) taquicardia (140 ppm durante casi 12 horas), empapado en sudor, sin poder hablar y deseando morir cuanto antes para que se terminase el sufrimiento?.
¿Me meterías Omega3 en la boca? ¿Me dirías relájate, hombre,-cuando ni squiera te puedo escuchar?.
La enfermedad nerviosa es algo muy, muy serio, y la mayoría de los clínicos no han visto en su puta vida un caso extremo de ansiedad o depresión (entre otras cosas, porque estos enfermos no pueden ir a las consultas). tan solo los que trabajan en las secciones de psiquiatría de los hospitales han visto algo de ésto.
Por supuesto, estoy de acuerdo en su totalidad con las manifestaciones de este psiquiatra que ha puesto Davíd. Pero aún así, y aunque los psicofármacos poseen un mecanismo de acción no totalmente conocido y su prescripción es, en gran modo, empírica, solo puedo decir: benditos fármacos y benditos investigadores que los sintetizan.
(Como diría Aznar: vaya coñazo que he soltao.....).
Rosa Maria, yo te recomiendaría a usar como Limpiador el Cleanance de Avene es muy buen producto con bajo porcentaje de acido lactico, de la misma linea puedes usar la hidratante cleanance Emulsion viene en dos versiones normal y con color, otra hidratante con salicilico es la Effaclar mate de L aroche posay. Bruno
ResponderEliminarHola Mario,
ResponderEliminarMe ha estremecido de verdad tu testimonio.
Sin embargo, en mi mensaje anterior, (y si lo lees detenidamente lo comprenderás)
me refería sólamente a los casos de depresión y ansiedad, y no a ninguna otra enfermedad nerviosa.
Cuando éstos dos trastornos del ánimo, son LOS UNICOS que aparecen en un diagnóstico multiaxial es bastante improbable que desarrolle síntomas como los que describes.
Es una frivolidad pensar en que en casos como el tuyo puedan ser tratados con terapia breve, y mucho menos con ningún suplemento dietético.
Me refería, claramente, a ese gran número de personas que se medican durante años, sin siquiera haber pasado por la consulta de un psicólogo.
En cualquier caso, mereces todo mi respeto y mi admiración porque por lo que cuentas, eres un auténtico luchador.