No todos los aceites de pescado son iguales

La contaminación de los mares es un hecho de sobra conocido. De ahí el peligro de acumulación de residuos tóxicos en productos derivados del pescado, como en algunos aceites de pescado. Es por ello que siempre he advertido que no todos los aceites de pescado son iguales. El Dr Barry Sears, por ejemplo, afirma que los productos de este tipo de baja calidad son como el sumidero de los mares. Un análisis independiente de diversos productos de aceite de pescado en EEUU y divulgado en algunos medios de comunicación ha vuelto a poner sobre la mesa esta realidad. Por si fuera poco, los pescados criados en piscifactorías que sirven de materia prima para algunos de esos aceites de pescado no son una apuesta mejor, muy al contrario. Estos pescados, con mucha menor movilidad y habitualmente alimentados con maíz, soja y otros alimentos se convirtiendo en productos pobres en Omega 3 y ricos en Omega 6. No olvidemos que el alimento natural del pescado salvaje es el plancton y las algas. ¿Y qué proveen en altísima cantidad las algas marinas y el placton? Exactamente, Omega 3. Es el milagro de la cadena alimenticia natural que destruyen las piscifactorías.

El análisis citado se refiere a la elevada cantidad de PCB (bifenilos policlorados) de algunos aceites de pescado. Pero esto no debe resultar una sorpresa a estas alturas. El mercado de productos de aceite de pescado está repleto de productos de muy diversa calidad, incluyendo algunos que no podría recomendar. Cuando compramos aceite de pescado, ¿en qué debemos fijarnos? Un producto recomendable debería tener no menos del 50% de EPA+DHA sobre el total de grasa Omega 3 (lo que propiamente es la concentración) y debería señalar que ha sido sometido a destilación molecular (lo que propiamente es la destilación o pureza). En general, los precios muy bajos en estos productos que pueden encontrarse hasta en supermercados deben hacernos desconfiar, y además de los problemas de contaminación suelen tener tan poca concentración en EPA y DHA que acaban siendo más caros por gramo de estos principios activos que un aceite de pescado de alta calidad. El patrón oro en los aceites de pescado es el certificado 5 estrellas IFOS, del International Fish Oil Standard, cuyo sello garantiza la más alta calidad en estos productos y es por lo que suelen denominarse productos de grado farmacéutico. Estas cinco estrellas son otorgadas si se superan los siguientes cinco criterios:

1- EPA-DHA: No menos de un 60% de concentracion en EPA y DHA sobre el total.

2- PCB: Los bifenilos policlorados son permitidos por el Council for Responsible Nutrition hasta 90 partes por billón. Esta estrella IFOS exige menos de 45 partes por billón.

3- Dioxinas: Aunque son prácticamente indestructibles, IFOS sólo otorga otra estrella si no se supera 1 parte por trillón de dioxinas.

4- Mercurio: IFOS posee la tecnologia mas avanzada del mundo para detectar mercurio. Los niveles máximos de mercurio que permite son indetectables para muchos laboratorios.

5- Oxidación: De modo natural el aceite de pescado es una sustancia proclive a la oxidación. IFOS emplea el estándar TOTOX que mide peróxidos, aldheídos y cetonas (los tres estadios de oxidación) que genera un producto.

El IFOS hace públicos los productos que han pasado sus criterios para otorgar 5 estrellas. Así tendrás la certeza de poder estar consumiendo el mejor aceite de pescado posible. Un producto 5 estrellas como Super Omega 3 de Life Extension supera tan ampliamente los criterios que hasta su etiquetado de 60% de EPA DHA sobre el total de Omega 3 se queda en ocasiones más que corto, ya que el análisis independiente del IFOS ha encontrado hasta un 79'7% de EPA DHA sobre el total en varias partidas de este producto, posiblemente el nivel más alto detectado por el IFOS en estos análisis.