La emergente cultura de la nutrición paleolítica en el New York Times

Liberales e individualistas, independientes, profundamente interesados en la actividad física y el deporte, en gran parte jóvenes y, aunque seguidores de tradiciones prehistóricas, al día en nuevas tecnologías. Éstas son, según un reciente reportaje del New York Times, algunas de las características de las personas que conforman la emergente cultura de la dieta paleolítica. Entre ellas, John Durant (a la izquierda de la fotografía superior) que, con sus 26 años y trabajando en la publicidad en internet, ha ejercido en su apartamento de Nueva York de anfitrión de grandes comidas al estilo paleolitico. Esto es, ingiriendo importantes cantidades de carne y productos animales, vegetales y frutas, así como evitando los alimentos anteriores a la revolución agrícola como los cereales. Le gusta señalar cómo entre todos sus compañeros paleo predomina un gran estado físico y muscular y una piel luminosa y radiante. Melissa McEwen, con sólo 23 años (en el centro de la fotografía superior), llegó a la dieta paleolítica buscando una solución para sus problemas de estómago y a través del blog de un retirado profesor de economía, Arthur de Vany, que promueve el "Evolutionary Fitness". Sobre la cuestión física, Clark Larsen, antropólogo físico de la Universidad de Ohio, asegura que "el hombre y la mujer de hace 12.000 o 15.000 años era considerablemente más fuerte y estaba en mejor forma". McEwen se lamenta del ambiente actual contrario al mantenimiento de algunas de las que considera nuestras mejores tradiciones, como la creciente prohibición de la caza. Pero esta nueva subcultura no añora el pasado y se congratula de ventajas que les proporciona Nueva York, como es el poder recorrer largos kilómetros a pie, tal como señala Nassim Taleb, un inversor que se considera una persona paleo y que adora poder caminar y estar al aire libre en lugar de trabajar en una oficina pues, como asegura, el hombre evolucionó caminando.

Loren Cordain, autor de "The Paleo Diet", vincula el origen del renacimiento de estas tradiciones a un artículo publicado en 1985 en el New England Journal of Medicine que proponía que "la dieta de nuestros ancestros remotos podría ser una referencia para la nutrición humana moderna". Otra fuerte fuente de atracción hacia la nutrición paleolítica proviene de la red de gimnasios de EEUU adheridos al programa CrossFit que promueve el seguimiento de la Dieta de la Zona del Dr Barry Sears, otra de las variantes de las dietas paleolíticas, o en su defecto cualquier dieta que pueda encontrarse dentro de los cánones paleo (en su web puede comprobarse su dieta oficial, "paleolítica 40-30-30"). Dentro de esta gran red de gimnasios se encuentra por ejemplo el Steve's Club, cuyo blog encontré hace meses en la red, y que con fervor defiende una paleodieta restringida en carbohidratos para sus socios.

Dentro de unas ideas en común en esta nueva paleocultura, cada uno va interpretando lo que considera la mejor adaptación de un estilo de vida paleolítico para el mayor desarrollo del ser humano. Así algunos, como es el caso de Andrew Sanocki, con 38 años y antiguo oficial naval, se someten a intensa actividad física tras la cual ingieren una gran comida, al modo que sucedía con el hombre paleolítico cuando salía de caza. Entre sus diferencias, por ejemplo, la discusión sobre la adecuación de la inclusión de tomate, algo que Vladimir Averbuckh (a la derecha, fotografía superior) considera contrario a la dieta paleolítica, mientras que Durant cree que puede consumirse sin ningún problema. Otra de las diferencias está en comer crudo o no, el crudivorismo. Personalmente creo que la gran mayoría de paleo consumen la comida cocinada, aunque existe una corriente crudívora que en este artículo personifica Vladimir Averbuckh. Sanoki en este caso cree que la dieta paleolítica no tiene por qué ser cruda pues el fuego ya estaba inventado en la era paleolítica. Como he mencionado, no añoran el pasado y disfrutan de las ventajas de la civilización. El propio Averbuckh afirma no sentir ningún interés por tirarse con un palo en un bosque a ver cómo sobrevive y está orgulloso de poder conducir un Smart rojo. No obstante, reconocen que su estilo de vida no siempre es fácil imperando modas dietéticas -entre quienes cuidan su alimentación al menos- como la nutrición vegetariana, una subcultura que, usando una terminología primitiva, consideran una tribu enemiga; o viviendo en ambientes altamente controlados que nos impiden una resistencia física superior. John Durant ya está pensando en abrir un restaurante donde sirvan una alimentación paleolítica. De momento está barajando los nombres de "Wild" ("Salvaje" en español) o B.C. ("A. C.", o "Antes de Cristo", en español) y ya ha registrado su dominio http://hunter-gatherer.com/ (significa "cazador-recolector.com") para divulgar un proyecto, el de la nutrición paleolítica, que ya involucra a miles de personas.