Té Rooibos

El rooibos es un arbusto verde que se encuentra casi en exclusiva en Sudáfrica, de ahí que el té rooibos suela denominarse té de África. Si siempre remarco la íntima conexión entre nutrición y belleza, el ejemplo del té en general, y en este caso del rooibos en particular, es buen ejemplo como veremos a continuación. Tanto sus hojas como su ramas se emplean para hacer tés medicinales, y si es cierto que no es tan conocido como sobre todo el té verde dado que ha sido menos estudiado, esto puede empezar a cambiar en el futuro. Su color rojizo se debe a un proceso oxidativo que a veces emplean los fabricantes; los tés rooibos no sometidos a estos procesos, y que vendrían a ser orgánicos, son más bien amarillentos. Esta última variedad orgánica posee mayor cantidad de antioxidantes. Un ejemplo semejante es el del té verde y negro, donde el primero tiene más antioxidantes debido a su menor fermentación. No obstante, en los últimos años se ha demostrado el poder antiinflamatorio de las teaflavinas del té negro.

El rooibos se ha usado de modo tradicional para tratar alergias, asma, ansiedad, cólico infantil, problemas digestivos, inflamación y problemas pulmonares. Mucha gente lo emplea por sus propiedades relajantes por su contenido en teanina. Últimamente se ha puesto de manifiesto su capacidad para proteger el hígado y combatir el cáncer en modelos de laboratorio. (1, 2, 3). Para muchas personas su atractivo está en su sabor no amargo, ya que contiene menos taninos que otros tés.

Uno de los estudios de mayor recorrido científico sobre el té rooibos fue llevado a cabo por la Universidad de Copenhage, donde tras hayar resultados positivos en la salud ocular y del páncreas (órganos directamente afectados en la diabetes, pensemos en la retinopatía diabética) en ratones que consumieron té rooibos durante 6 semanas procedieron a proporcionar una alta dosis diaria del mismo a 23 pacientes diabéticos durante 4 meses. Al comienzo no registraron cambios reseñables, pero al final del estudio se produjo una importante mejora en la tolerancia a la glucosa (lo cual directamente revierte en reducir la hiperinsulinemia y el azúcar en sangre).

Otro estudio publicado en mayo 2009 en Phytomedicine halló que el componente sin oxidar del rooibos (aspalatina) era el responsable de mejorar la respuesta al azúcar en los músculos de ratones diabéticos. Un ensayo de laboratorio con células pancreáticas humanas determinó que este mismo fitoquímico podría estimular la producción de insulina en las células beta del páncreas (un problema central en la diabetes es la disfuncionalidad de las células beta que producen incorrectamente insulina). Un ensayo de 2006 demostró que los antioxidantes presentes en el té rooibos protegían el sistema cardiovascular y la salud ocular en las ratas diabéticas.

A la hora de consumir té rooibos, optar por una variedad orgánica parece la mejor decisión. Al principio señalaba la conexión entre nutrición y belleza. En efecto, añadido a todos los beneficios referidos del té rooibos, tal como señaló el Phytotherapy Research en mayo de 2008 éste junto con sus flavonoides antioxidantes (recuerda que los flavonoides son polifenoles) tiene un importante poder de penetración en la piel. Entre las bondades del té verde, el té blanco y el té negro entre otros puede ser difícil decantarse. Gracias al té rooibos tus opciones de salud, bienestar y belleza se amplían a la hora de consumir té.