Reflexiones sobre los 25 años de la cosmética masculina

Esta semana hemos podido ver y leer en distintos medios la noticia del 25 aniversario de la cosmética masculina. A lo largo de todos estos últimos años he podido ver con satisfacción cómo el cuidado de la piel por parte de los hombres empieza a convertirse en algo cada vez más usual y menos extraño. El aspecto más cuestionable de todo esto ha sido precisamente la propia difusión de las líneas cosméticas específicamente dirigidas a la población masculina por varios motivos. Aunque por un lado han servido para introducir la cosmética a un sector tradicionalmente alejado y reticente a esta clase de consumo, como crítico de productos cosméticos y su industria me preocupa que este tipo de estrategias tienen mucha mayor relación con el marketing que con la dermatología. Nunca, y quiero decir nunca, nadie ha podido justificarme algún tipo de ingrediente cosmético que sólo deban o puedan usar las pieles masculinas y no las femeninas. Cuando un hombre va al dermatólogo generalmente aquejado de algún desorden cutáneo como pueda ser la rosácea, acné, psoriasis, hiperfotosensibilidad..etc no creo que ese médico haya recomendado productos presuntamente exclusivos para una piel masculina. Y es que la moda por diferenciar las líneas femeninas de las masculinas empieza por momentos a desesperarme especialmente en tanto ya no sirve aquella 'excusa' inicial de hace una década del 'todo sea por romper las barreras que los hombres tienen hacia estos productos'. Bien es cierto que las pieles masculinas tienen una mayor tendencia (y remarco exactamente eso, sólo una tendencia, pues cada piel debe tratarse individualmente) a la piel grasa por el mayor grosor global y concretamente de la capa hipodérmica. ¿Pero es que la piel femenina no puede ser grasa? En general, por degracia, la cosmética masculina sí presenta aquí una desafortunada tendencia hacia el mayor contenido en alcohol, en irritantes como el mentol (los más clásicos errores de quienes formulan productos para piel grasa), y un exagerado contenido de fragancia. Precisamente yo soy hombre y puedo asegurar que mi piel no se ha perdido nada en más de 10 años por no usar de las líneas cosméticas masculinas apenas más que la espuma de afeitar. Y aunque es algo que con la profusión de cosméticos presuntamente masculinos parece empezar levemente a corregirse, es igualmente cierto que los verdaderos avances en formulación cosmética donde mucho antes se introducen es en la cosmética general (me niego rotundamente, como siempre lo he hecho, a hablar de cosmética 'femenina', igual que me resulta muy artificial hacerlo de una 'masculina'). Dicho esto, a lo que volveré más detenidamente en otra ocasión dentro la sección 'Mitos cosméticos', dejo unas cifras para reflexionar sobre cómo realmente ha cambiado la actitud de los hombres hacia los cuidados cosméticos:

- Actualmente el mercado mundial de tratamientos masculinos, sin contar los perfumes, supone casi 1.500 millones de euros.

- 22 minutos diarios, éste es el tiempo que un hombre dedica de media a su aseo y cuidado personal. De esos 22 minutos, 10 van directamente dirigidos a cuidados faciales y corporales, y el resto se emplea para la ducha y el afeitado. (Hoymujer.com, 2009)