Brócoli, un alimento multibeneficios

Si el brócoli es ampliamente reconocido como uno de los alimentos que no pueden faltar en la dieta de una persona que padece o quiere prevenir el cáncer, lo cierto es que sus beneficios son múltiples. Para ilustrarlo basta echar un vistazo simplemente a los más recientes estudios científicos publicados. De máxima actualidad, en el número de marzo de Clinical Inmunology, investigadores de la Escuela de Medicina David Geffen de la Universidad de California y de la Agencia de Protección Ambiental de EEUU publican un estudio que concluye que un compuesto llamado sulforofano que se encuentra en vegetales como el brócoli podría proteger no sólo del cáncer como se consideraba sino que también podría prevenir inflamación respiratoria así como enfermedades que la causan como el asma, la rinitis crónica o la enfermedad pulmonar obstructiva. En los grupos que recibieron la cantidad mayor de este compuesto en forma de brócoli, se registró un aumento de actividad del 101 y 199% en dos enzimas antioxidantes fundamentales para el sistema respiratorio (glutathione-s-transferase P1 y NADPH quinine oxidoreductase respectivamente) en comparación con los grupos placebo. Para el director del estudio, el Dr Marc A. Riedel, se puso de manifiesto la capacidad del brócoli para combatir los efectos dañinos de la polución ambiental a nivel repiratorio.

Por si fuera poco, también este mismo mes de marzo, el Clinical Cancer Research publica un estudio del Colegio de Medicina de la Universidad de Pennsylvania que analiza los beneficios del selenio y los isotiocianatos presentes en el brócoli contra el cáncer de piel o melanoma. En realidad, el equipo que condujo la investigación modificó estos compuestos añadiéndoles selenio en sus enlaces creando un compuesto denominado isoselenocianatos, a partir de la evidencia de la utilidad del selenio en los casos de melanoma mestastásico. En concreto, en ratones los compuestos de isoselenocianatos a partir de extractos de brócoli y selenio redujeron los tumores un 60% en relación con los que sólo recibían isotiocianatos. Se descubrió que la efectividad en los resultados se debía a que estos compuestos desactivaban la proteína Akt3. Lo más fascinante del asunto es que no existen en el mercado medicamentos que modifiquen la respuesta de las proteínas que estimulan el melanoma. Si bien el selenio se encuentra en algunos alimentos como cereales integrales, levadura de cerveza o el consabido brócoli, sus cantidades han caído drásticamente con el tiempo debido a la pérdida de riqueza de gran parte de tierras de cultivo. Comer brócoli y suplementar selenio (100 a 200 mcg diarios) es simplemente buena medicina anticáncer. Al fin y al cabo, no deja de ser una estrategia médica conocida hace tiempo.