Por qué seguir una Dieta Anti-Glicación

La glicación, como anteriormente hemos visto, es una reacción claramente perjudicial para nuestra salud, belleza y longevidad. Simplemente la glicación tiene lugar cuando las moléculas de azúcar (glucosa) que se encuentran en nuestra sangre atacan a las moléculas de proteína en la superficie de las células, disminuyendo su efectividad. Este proceso, que se acrecienta con la edad, ocurre tan rápidamente que ni siquiera -como también hemos visto- requiere de una enzima específica. Normalmente, la glucosa proporciona energía a nuestras células. El exceso de glucosa, sin embargo, es un claro estímulo para glicar las proteínas de nuestro cuerpo. Exactamente debemos entender por glicar el proceso de 'adherirse a', deteriorar y acabar inutilizando estas proteínas. Imaginemos que estas proteínas en la superficie de cada célula tienen como misión comunicarse con el mundo exterior; son por tanto agentes clave de la comunicación intercelular a lo largo de todo el cuerpo. Al repegarse sobre ellas el azúcar, se vuelven inútiles y la comunicación intercelular se deteriora. Como consecuencia, envejecemos. Dependiendo de en qué parte del organismo se produzca la glicación, los daños sobre nuestra salud varían. Los doctores Michael F. Roizen y Mehmet C. Oz, en su libro best-seller en EEUU "YOU: Staying Young" (se traduciría por "Tú: Permanecer Joven") destacan los siguientes efectos nefastos de la glicación según la parte del cuerpo donde suceda:

- En la sangre: La glicación deteriora las uniones de las células endoteliales. El cuerpo intenta reparar estas uniones empleando colesterol, lo cual conduce a generar placas arteriales. Además, la glicación destruye la autorregulación sanguínea mediante la cual se estabiliza la presión arterial.

- En los ojos: Cuando la glucosa ataca las proteínas oculares, estas células van pasando de proporcionar una visión clara a una borrosa. La glicación conduce a las cataratas. Cuando tiene lugar en los pequeños vasos de la parte trasera del globo ocular, se produce la denominada retinopatía diabética y, en casos extremos, la ceguera.

- En la piel: Al glicarse el colágeno, la piel pierde elasticidad y tersura.

- En los tejidos conectivos: Tu cuerpo precisa colágeno en buenas condiciones entre las articulaciones. Cuando este colágeno se deteriora, se amplifican los dolores articulares; en último término se produce la artritis.

- En los pulmones: La glicación del colágeno del tejido pulmonar dificulta la correcta entrada y salida de aire. Si bien este proceso de glicación es muy lento, a muy largo plazo -décadas- conduce al fallo respiratorio, que precisa el uso de aparatos de oxígeno por la inhabilidad de los pulmones para llevarlo hasta la sangre.

- En el cerebro: Cuando se glican tus células nerviosas, éstas se agrandan, siendo comprimidas por la mielina que las recubre. Esto conduce a la disfunción nerviosa frecuente en diabéticos, y que les hace no sentir por momentos regiones como sus pies. La neuropatía periférica es una causa principal de úlceras del pie que puede llevar a requerir amputación en diabéticos no controlados.

Hay que ser conscientes de que es imposible eliminar por completo el proceso de glicación en el organismo. No obstante, existen probadas formas de eludirla y reducirla en lo posible. En primer lugar, debes evitar consumir alimentos demasiado cocinados. Obviamente, resulta prioritario seguir una dieta correcta con limitadas calorías que proporcione adecuada proteína en cada comida junto con carbohidratos de baja carga glucémica, que se absorben lentamente, y grasas saludables. Esto mantendrá nuestros niveles de glucosa en una zona saludable, lo suficientemente alta para que desempeñe su misión de aportar energía celular y lo suficientemente baja para eludir en lo posible los efectos deletéreos de la glicación. Una correcta dieta antiglicación debe ser, por norma, una dieta antiinflamación. En el fondo, es la misma dieta favorable a Zona.